FUNDAMENTACIÓN

La extensión, como función sustantiva de las universidades, es reinterpretada en los contextos particulares de nuestra comunidad académica como una oportunidad para el despliegue de la función pública en tanto articula iniciativas de investigación, docencia y gestión en respuesta a urgencias y problemas sociales. Su potencia radica, tal como lo expresa la Ordenanza del Consejo Académico Nº5424/17 de la Facultad de Humanidades de nuestra Universidad, en la estrecha vinculación que mantiene con el resto de la sociedad, en pos de la cual el sentido público es leído como compromiso y responsabilidad por la transformación de la realidad en colaboración con otros actores y movimientos sociales. El prestigio y legitimidad de lo académico constituyen, en este sentido, un bien social que se pone a disposición y al servicio de la vida en común; las experiencias y discursos de quienes dialogan, por su parte, propician una suerte de reciprocidad, permitiendo a las universidades tensionar sus saberes y prácticas y hacer extensión hacia adentro (Santos, 2016).
En paralelo, cobra cada vez mayor sentido la convicción de que el campo de la educación está, precisamente, re-educándose. Esto es, están mutando las certezas sobre las cuales el campo como disciplina fue oportunamente erigido, al tiempo que se deja afectar por las torsiones ético-onto-epistémicas de la modernidad tardía que, “entre la muerte y la utopía” (Santos, 2006) anticipan movimientos hacia la re-institucionalización de la educación signados por la ampliación de las matrices cosmogónicas, el desdibujamiento de las fronteras categoriales de la modernidad/colonialidad y la explosión de la dimensión erótica de la vida. En estos escenarios pedagógicos—en los que los grandes relatos pierden su fuerza de imantación paulatina pero inexorablemente—las divisiones entre educación y escuela, así como entre escuela y cultura, no sólo pierden relevancia sino que obturan las posibilidades de abordar fenómenos complejos implicados en las posibilidades concretas de desmantelar las injusticias, maltratos y destratos impuestos por los regímenes de poder moderno/coloniales sobre todo lo viviente. La inmensa producción investigativa de la comunidad del Centro de Investigaciones Multidisciplinarias en Educación (CIMED) se ha concentrado, precisamente, en estos movimientos epistémico-políticos que signan nuestros tiempos, acompasados por el ritmo espontáneo de los movimientos sociales, Las pedagogías críticas, descoloniales y queer han facilitado herramientas conceptuales para la eclosión de los marcos interpretativos tradicionales y tecnologías para la construcción de nuevos, provisorios, hábitats de significación y sentido. Los eventos, publicaciones y vinculaciones con proyectos y colegas de nuestro país, la región y el continente han logrado instalar nuevas agendas y co-elaborar en la construcción de nuevas coordenadas. La articulación con el resto de las agencias de producción cultural, escolarizadas y no escolarizadas, es aún una materia pendiente.
Allí precisamente se inscribe el objetivo primordial del Grupo de Extensión Reescrituras en el campo de la educación: restitución de tramas vinculares entre niveles educativos y en/con la educación popular, al disponerse a refundar ontologías a propósito de una construcción colaborativa de escenas (textos, relatos y situaciones) que no desoigan o den la espalda a las múltiples prácticas educadoras de la vida social contemporánea. Es un grupo que anhela estrechar vínculos profundos y sostenidos con el resto de los niveles educativos—específicamente con sus comunidades y, a través de ellas, con sus historias, rituales y conocimientos—y con las organizaciones de la sociedad civil que, con diversos grados de institucionalización y matices en su intencionalidad, pugnan por participar en la contienda de qué debe ser la educación, cuáles debieran ser los contenidos y los modos, y por qué y para qué deseamos educar.
Se trata entonces de un Grupo que—atravesado por la trayectoria investigativa del CIMED e inspirado por la reapertura de la Licenciatura en Ciencias de la Educación en nuestra Universidad—espera albergar actores reunidos por una clara filiación a la causa pública, comprometidos por una vida común más digna y responsables por el cuidado de todo lo que vive y late sobre la tierra. Los conocimientos y prácticas que en este contexto se engendren fortalecerán, esperamos, los marcos interpretativos de la investigación, la docencia y la gestión en esta comunidad académica que habitamos y nos habita.